La muerte de la izquierda, ¿vigencia de la derecha? Primero fue un gran estertor. Después la incredulidad. Luego el asombro. El sismo político tuvo, a pesar de su profundidad geológica, un alcance devastador. Una racionalidad de lo político dio cuenta de ello, pero, quienes pretenden vivir de sus antiguos sueños, persisten obsesos e inclaudicables. Aún sus estructuras continúan gimiendo al multiplicarse sus réplicas. La izquierda partió el tronco de su árbol y secó sus raíces. Su copa canta dolida al viento con un lánguido lamento. Una siniestra y porosa esperanza amenaza con volver de arena y olvido ese reconcomio plañidero. Pero hay quienes creen que sólo es una crisis cuya transitoriedad logrará sortear, pero no sin esfuerzo intelectual. Mientras, otros observan como irreversible e inexorable su agónico lecho de muerte. La percepción generalizada del alto mundo, del medio mundo, del bajo mundo, los que saben, los que forman parte de su raído tejido como militantes azorados, e